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sábado, 29 de agosto de 2009

Quimioterapia: 19º ciclo. La gran sorpresa.

Bueno como os comenté tras las continuas subidas de las tumorales, el oncólogo me ha cambiado el tratamiento. Se trata de un tratamiento en casa con un medicamento llamado Xeloda. He de deciros que es lo más fuerte que he tomado hasta ahora, entre otras cosas los vómitos que nunca aparecieron ahora con este tratamiento son habituales. Debo de tomar diez pastillas diarias durante cinco días seguidos. Tras los dos primeros días pienso que no se si resistiré este maldito tratamiento.

Pero aquí llega la sorpresa, al tercer dia, una llamada de mi oncólogo me avisa de que me operan el hígado y que debo interrumpir inmediatamente el tratamiento. Tras oir la noticia me alegre más por la interrupción del tratamiento que por la operación. Y no es que no me alegre ésta última es que estaba mal con las pastillas Xeloda y me produjo un alivio importante.

Así pues, me dice que en dos semanas el cirujano se pondría en contacto conmigo para explicarme el proceso a seguir. Todo esto ocurre como ultimo intento de rescate. El cirujano me dice que puede ocurrir el dia de la operación tres cosas:

a) que abran y cierren, porque la enfermedad se haya extendido y no se apreciara asi en los TAC anteriores, esta opción me dejo tan frío que no se si quería seguir escuchando lo demás.
b) Que me operasen solo un lado del hígado y pasados unos meses el otro lado.
c) Que me operasen los dos lados el mismo día.

De la sala obviamente salí pensando lo mejor para mi, pasar una sola vez por quirófano, o sea, las dos partes de una sola vez. Pero el dia 13 de agosto me operan y solo pueden hacerlo de uno de los lados. Ya estoy en casa, han pasado dos semanas de la operación y la herida duele. Me provoca décimas de fiebre, cuesta moverse, pero estoy bien.

Tengo la suerte de que el equipo de cirugía digestiva de Carlos Haya y el de oncología, hayan tenido a bien someter mi caso a estudio y salvarme la vida, o prolongármela, como mejor os suene.

Deciros que en septiembre tendré una revisión para ver que tal va la operación y del mismo modo me harán pruebas de diagnóstico para comprobar como va la regeneración del lado operado para poder poner fecha a la otra operación.

No es fácil pasar una vez por quirófano, tres, menos aún. Pero ¿sabéis una cosa? Quiero vivir, seguir respirando el olor a marismo, disfrutar de mis sobrinos y mis ahijados, y sobre todo poder disfrutar de los mios el mayor tiempo posible. Por todo ello, pasaré unos meses malos, con dolor, con incomodidades, pero al final llegará la primavera, y esos colores hay que verlos y disfrutarlos.

Os dejo, estoy en casita de reposo, comiendo poco a poco y recibiendo vuestro aliento y ánimos, para mi imprescindibles.