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miércoles, 30 de abril de 2008

Rumbo al mar


Estos días hemos sido testigos de que las historias de piratas se hacen presentes varios siglos después de los Barba Roja, Drake, etc. Un pesquero español en las costas de Somalia era sometido al chantaje de unos bárbaros que ,como antaño, con armas y convencidos de sus derechos, pedían un tesoro a los marineros. En este caso el botín no se componía de jarrones de plata, monedas de oro, etc....esta vez hablábamos de euros.

Han sido días de angustia para unos españoles que como único consuelo tenían un móvil que les unía con sus seres más queridos. Es la tragedia del mar, a veces, no solo las olas azotan una embarcación, ni siquiera el elevado precio del combustible, ni las duras condiciones de trabajar en alta mar.

Hace unas semanas un compañero de foro comentaba que en la lonja de su ciudad era testigo de cómo en la subasta de pescado quedaba demostrado que el trabajo de los hombres de la mar no sólo es duro sino además mal pagado. Curiosamente comentaba que se compraban los jureles a 0,58 euros/kilo, en cambio, las amas de casa en las pescaderías pagarían 3,5 euros/kilo.

Intermediarios, distribuidores....y un sinfín de depredadores de la economía dejaban sobre la mesa de forma palpable quienes son los perjudicados en todo esto.

Medio euro por kilo de jurel. Todo un espectáculo bochornoso. A esto hay que descontar el fuel con el que se mueve el barco, el dinero de reparar los aparejos, los sueldos de los que a bordo se juegan la vida cada dia, etc.

Todo esto es algo que ya se presuponía, pero desde entonces cuando nos sirven un plato de pescaito frito en la mesa de un restaurante, deberíamos saber saborear más y mejor las delicias del mar. Cada noche cientos de barcos zarpan hacia la mar en busca de su captura mientras los demás dormimos plácidamente entre sábanas de seda. Vaya desde aquí mi homenaje a todos estos hombres.