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sábado, 21 de junio de 2008

La vida en plató

Operaciones “Malaya”, “Astapa”, y yo me pregunto quién será el encargado de poner nombre a estas operaciones policiales, porque no me dirán ustedes que a veces debe ser difícil poner nombre a las muchas operaciones policiales contra la corrupción urbanística, la droga, etc.

A la policía ha llegado en los últimos años el marketing televisivo y es que comprueben cómo cuando nos muestran imágenes de alijos de droga lo bien colocados que aparecen los fardos, los paquetes de coca, el letrero de la agencia tributaria presidiendo el expositor, y el oficial de la policía con sus mejores galas.

O los móviles incautados a bandas de ladrones, todos colocados por marca, tamaño y color. Los fajos de billetes de cincuenta euros abiertos cual baraja de naipes, los relojes perfectamente alineados, etc.

Son puestas de largo de cara a los medios de comunicación, algo que no sólo queda en la organización de verdaderos expositores que mas bien parecen preparados por auténticos escaparatistas, la cosa va más allá. Y es que ahora nuestras fuerzas de seguridad se meten de lleno en el séptimo arte. Por ello, tambien nos venden a modo de pequeños trailers las entradas en domicilios, los asaltos a mansiones...evocando los hombres de Harrelson de la época. Además con marca de la casa para que no haya dudas de quien es la productora, así en la esquina de la pantalla podemos ver el logo de la policía, asi nadie pensará que se trata de la ultima producción de la Warner.

Todo este nuevo espectáculo multimedia me lleva a sospechar que tras todo esto no hay más que un lavado de cara sobre la mala opinión que tiene la gente de la eficacia de las fuerzas de seguridad. El sentir general es que la policia no hace nada, que siempre llegan tarde, que todo ocurre ante su mirada y ni se inmutan, etc.

Ello había que contrarrestarlo de forma eficaz, había que hacer público las operaciones exitosas porque los fracasos policiales no llegan a los periodistas. Tampoco hace 30 años los éxitos eran conocidos por la prensa, salvo filtraciones.

Me parece que en cada profesión hay aciertos y errores, pero no todos tenemos la suerte de vociferar a los cuatro vientos lo mejor de nosotros, en menos cabo de la menor publicidad que podría redundar a favor de nuestro éxito laboral. Los de uniforme se han enganchado al espectáculo mediático y eso no me augura nada bueno.