Metamorfosis estival

Comienza el periodo de adaptación a la época estival, llega el verano, un tiempo de relax que a veces se convierte en un acelerado proceso de metamorfosis artificial y engañoso. Los españoles y españolas inician de forma acelerada el proceso de simbiosis de sus cuerpos con el entorno veraniego. Jóvenes y no tan jóvenes comienzan a hacer cuentas, la visita al gimnasio, las cabinas de rayos UVA, la depilación de axilas e ingles, el bikini con los colores de moda, un régimen innovador de adelgazamiento....y así hasta autosatisfacer una necesidad social de estética que no deja de ser absurda aunque hoy día tenga un seguimiento mayoritario.

Se habla de culto al cuerpo, pero yo me pregunto cómo podemos estar todo el invierno castigando los estómagos con fiestas navideñas, barbacoas campestres y mucho bocata rápido, y ahora en dos semanas pretender posar en las playas como auténticos “sex simbols”. Sería lógico mantener un mínimo de actividad deportiva durante el invierno, una línea de régimen alimenticio continuo, etc...pero no, queremos disfrutar del duro invierno y además estar presentables en verano.

Aunque me pregunto para qué nos empeñamos en engañar a los que nos rodean con bronceados, musculaturas y cabellos que no son mas que un montaje fugaz de cara a cuatro semanas al año. Me aburre tal engorro, qué pereza, tener que comer granos de arroz en ayunas, el jugo de hervir una cebolla, permanecer veinte minutos encerrados en una cabina dorando nuestra piel cual besugo a la plancha...somos ridículos.

Observen a su vecina del 5º estos días, sí, a esa que nunca levantó pasiones, porque en unos días cambiará vuestra forma de mirarla. Pronto cambiará su ropa por otra más ligera, dejará enseñar más su rodilla, las transparencias harán acto de presencia y sin quererlo empezareis a mirar lujuriosamente a esa vecina a la que antes ni dabais los buenos dias.

Y es que el verano, pone a cada uno en su sitio, al feo y al guapo, a la fea y a la guapa, aunque no sepamos bien quien es quién.