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martes, 1 de julio de 2008

¿igualdad? ¿merito? ¿capacidad?

En las administraciones locales a veces uno es testigo de circunstancias bochornosas que dejan a uno con la boca abierta. Hoy he visitado el Ayuntamiento de Rincón de la Victoria donde iba a tramitar la solicitud de inscripción para unas oposiciones para unas plazas de auxiliar administrativo.

Al llegar al mostrador veo una larga fila de personas que se disponían a hacer lo mismo que yo. Rápidamente observo que la cola que se estaba creando no era por el éxito de la convocatoria sino por la inoperancia de las dos funcionarias que atendían al personal. No sólo desconocían el programa informático con el que facilitaban a los aspirantes la carta de pago de los derechos de examen sino que además observo perplejo que introducen los datos con dos deditos a un ritmo que bien parecieran que tienen alguna minusvalía.

Lo bochornoso del asunto es que el enchufismo en los ayuntamientos se hace patente en estos casos. Es decir, si para la plaza de auxiliar administrativo a la que aspiraban los ciudadanos allí formados en fila india se exigía 350 pulsaciones ¿cómo han conseguido estas funcionarias su plaza?

Lo peor del lamentable espectáculo es que probablemente estas funcionarias sean personal interino que tras esta convocatoria consigan su plaza fija, eso si, sin tener ni idea de mecanografía. Sus dedos solo sirven para ser muestrarios de engorrosos anillos y poco más. Total treinta minutos para sacar una carta de pago. Así va el país, y la Constitución con su papel simbólico, permanece impoluta mientras los criterios de igualdad, mérito y capacidad son arrojados por la borda.